- ¿Por qué los judíos y los perros no pueden entrar, papá?
- A ellos los judíos y los perros no les gustan, porque cada uno
hace lo que quiere, Josué. Ahí hay otra tienda, una ferretería,
y ahí por ejemplo, no dejan entrar ni a los españoles ni a los caballos.
Y allí hay una farmacia ¿no? pues ayer estaba con un amigo, un chino
que tiene un canguro, y les dije: ¿se puede entrar?, y dicen: no aquí a
los chinos y a los canguros no les queremos. Les caen mal que
quieres que te diga.
- Pero nosotros dejamos entrar a todo el mundo en la librería.
- No, mañana mismo también pondremos un cartel, a ver dime
algo que te caiga mal.
- Las arañas, ¿y a ti?
- A mi los visigodos, a partir de mañana vamos a poner "prohibida
la entrada a las arañas y a los visigodos". Me tienen fritos los visigodos,
se acabó.